
Creo que uno de los motivos por los que no paso tanto a escribir por aquí es que no quiero hablar de Covid19, pero es que irremediablemente gira en torno a mí vida sin yo quererlo, sin prestar ese cobijo, el se ha quedado en mí vida muy agusto parece que lo que para este bicho es un entorno seguro, a mí me hace sentir el mayor de los miedos.
El año comenzaba poniéndome mala con lo que parecía una gripe, no me había vacunado, esas cosas que a veces los sanitarios hacemos sin ningún fundamento coherente, pero aprendí la lección, las vacunas salvan vidas, y a lo rey emérito que está ahora muy de moda… «lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir» y así ha sido, en Septiembre me vacune… pasé varias semanas mejorando de esa gripe, y cuando ya parecía que se me había pasado la tos etc, llegó Marzo con de nuevo tos, un cansancio extremo, como mareada, obnuvilada… en fin todo síntomas de Covid, síntomas que en absoluto asocié a Covid, pues he de reconocer que no andaba muy pendiente de la pandemia en aquel entonces, ingenua de mí y confiada en nuestro dirigentes, apenas iba a haber uno o dos casos, ya estábamos a muy primeros de marzo y solo hacían la prueba a gente que habían viajado a países con el virus ya instalado, por lo que la prueba no se me hizo, entre tanto a mí marido le operaron de la espalda, le dieron de alta, y yo seguía enferma con muchísima tos, y fiebre, no se iba la fiebre, entre tanto también declararon el estado de alarma, mi mediana cumplió años, y yo seguía enferma, y a los 17 días por fin me hicieron una pcr, que dio negativa, pero continue enferma, jamás sabré si tuve Covid, o san pito pato…
Volví a trabajar tras un mes de baja, el 7 de Abril, y aun seguíamos escasos de material, acudiamos a los domicilios de los pacientes vestidas con epis hechos de bolsas de basura, en concreto me las donó una asociación de Vallecas que se llama Seguir Creciendo, a esta asociación pertenece la Casa de Niños El Desván a la que fue mí mayor y mí hermano en los inicios de esta… estaré eternamente agradecida a esas bolsas, que aun conservo unas cuantas guardadas en mí taquilla por si acaso volviésemos a esa pesadilla, que cruzo los dedos por que no ocurra, espero acabar guardandolas de recuerdo.
En Mayo ingresaron a la mediana con pielonefritis, os prometo un post sobre esta dolencia, en mí familia durante la infancia es muy común, de hecho de pequeña me operaron por esto, mí mayor tuvo también problemas y la pequeña también, así que os hablaré de ello extensamente. Justamente fue al poco de ir desconfinando, ella lo vivió bien a pesar de estar malita, la ingresaron en el Hospital Universitario Niño Jesús, y la habitación la encantó tenía muchos colores y ella estuvo contenta. Gracias a Dios se recuperó sin problemas.
En verano decidimos no ir a la playa y pasamos del piso de Madrid a la casa del pueblo que tiene un pequeño patio y ponemos una piscina portátil, en el pueblo solemos salir a la plaza a jugar, pero este verano por responsabilidad procuramos no hacerlo, y pasábamos el tiempo en el patio, y así no correr riesgos innecesarios, había que ser responsables y lo fuimos, el mayor fue el que peor llevó no ir a la playa, las pequeñas ni se quejaron.
En Septiembre, de nuevo la mediana coge otra pielonefritis, esta vez pudimos llevarla bien desde casa, y se recuperó sin problemas.
Entre tanto ese mismo mes, es el que dirección asistencial sur este de Madrid decide sacarme de mí centro de salud y de mí querida pediatría, para llevarme a hacer pcr y test de antígenos a un punto covid… creo que este momento ha sido probablemente el peor del año, puedo soportar todo, puedo trabajar sin epis, estar en adultos a pesar de que me guste menos que pediatría, puedo trabajar sin parar, sin poder tan siquiera ir a hacer pis en toda la jornada, puedo soportar que mis hijos se pongan malitos… lo puedo soportar porque son cosas que haces con pasión que salen y nacen de ti, de dentro, de tu vocación de enfermera, de tu vocación de madre, sufres sí, pero sufres con pasión y luchas por una resolución y vences… pero amigas, que me saquen de mí pasión que sin duda son los niños, sin previo aviso, sin modo alguno de mentalizarse, sin ninguna explicación, sin piedad ¿porqué no decirlo así? Y te lleven a hacer algo durante 7 horas que bien podría semejarse a trabajar en una fábrica… eso no es enfermería, eso no es ya vocación… es meter palos por la nariz a personas de manera mecánica, sin trato con el paciente, y sin nada… que es necesario sí, que los test ayudan a contener la pandemia, pero es horroroso, o al menos así me siento. He luchado por salir y volver a mí sitio durante estos 3 meses que llevo allí trabajando, y ha sido inútil… encima tengo miedo, sí, porque soy sanitaria pero soy un ser humano como los demás, la gente muere de covid y yo paso 7 horas al día frente a el, tengo a mí familia a la que tengo un constante miedo de contagiar, porque ya no es solo que yo me pueda contagiar, si no ser yo el vector de contagio para mis seres queridos, y me consta que este miedo es generalizado en muchísimas compañeras y compañeros que estamos ahí de cara al virus, no quiero que penséis que me creo el ombligo del mundo, se que es un miedo generalizado que tenemos todos. No se como huir de este sentimiento, quiero poder ir a trabajar feliz como siempre he ido, adoro mí profesión, pero odio donde estoy, lo odio con todas mis fuerzas… ¡Dios! ¡me gustaría poder gritar tan fuerte para descargar esta rabia que llevo conmigo!…
En Octubre la pequeña se cogió un buen catarro y una noche empezó a saturar bajito y estar con disnea y la llevamos al hospital donde decidieron ingresarla, tenía bronquilitis, (y también os debo un post sobre esta) hicieron pcr que fue negativa, y bueno se recuperó y la dieron el alta, a los dos días de estar en casa, la fiebre la empezó a subir y ¡sorpresa! ¡Una pielonefritis!! Ya os he dicho que es muy familiar con nosotros… Obviamente, la nefróloga se puso en contacto con nosotros y las pauto a las dos, un antibiótico de manera profilactica y de momento indefinida.
Y bueno, llegamos a Diembre y… ¡tachan! Todos positivos… no podía creerlo, todos mis miedos se estaban haciendo realidad, yo, mi marido, mis hijos… primeramente me hizo el test mi compañera en el trabajo, tenia molestia en la garganta, pero francamente, pensaba que era catarro, me la hice por asegurarme, y por que quiero estar libre de estar con mis padres y mí suegra con seguridad… entré en pánico, solo podía llorar, llorar y llorar, pensaba en mis hijos, en mí marido, mí suegra, mis padres, mí hermano… ellos son con los que siempre estoy, no quería haberlos contagiado, porque había sido yo obviamente, pero ¿qué había hecho mal? Soy muy metódica para protegerme del bicho, le tengo mucho miedo, así que siempre voy pies puntillas para no contagiarme, ¿qué había pasado? ¿Por qué?… aún sigo buscando la explicación… en casa salieron todos positivos menos la pequeña, probablemente porque aún la doy pecho, o porque su carga viral fuera baja, mi suegra que la hicieron pcr fue negativa los primeros días y pasados unos días empezó con sintomas y resultó ser positivo, menos mal que lo está pasando leve… mis padres y hermano negativos… Mí marido es el que peor lo está pasando, le han puesto heparina y no deja de tener picos de fiebre, estoy teniendo días de pasar verdaderamente miedo por él, a ese miedo se une la culpabilidad, me siento responsable de nuestro contagio, pues una familia que ha decidido no socializar para no tener más riesgo del que ya tenemos en el trabajo, es obvio que lo he llevado yo, y me siento muy responsable…
La noche vieja… ha sido triste para mí, es la primera noche vieja en 38 años que tengo, que la paso lejos de mis padres y hermano, pero bueno, como me dijo mí prima Sandra, es un acto de amor, pero me causa tristeza, aunque mis hijos han estado muy contentos, han bailado se han reído y han bebido sidra sin alcohol a lo que las pequeñas llaman agua pica…
Si tengo que agradecer algo al 2020, es el tiempo que nos ha dado de disfrutar de nuestros hijos, sin horarios ni estrés, a pesar de que los dos hemos tenido que trabajar siempre, hemos pasado mucho rato con ellos, y aunque a veces ellos estaban saturados de estar metidos en un piso y no poder correr, ha sido maravilloso tenerles tanto y disfrutarles tanto, creo que esto y seguir vivos, es lo único que puedo agradecer a este 2020 tan mierder.
#mi2020bloguero
Qué real! Así se cuentan las cosas. Hay que visibilizar la vida hogareña de los sanitarios. Si señora!
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Gracias, pues sí hay que visibilizarlo, para que todo el mundo entienda por lo que estamos pasando!😘
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Hola, me ha gustado mucho, es verdad que das otra visión, el de tu familia. Me da mucha rabia que no sé os trate como os merecéis desde la organización. Solo deseo que esto vaya cambiando poco a poco. Y que se os trate como trabajadoras fundamentales, esenciales, pero sobre todo PERSONAS.
Un besito y toda mi admiración por escribirlo y compartir tu año.
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Hola, me ha gustado mucho, es verdad que das otra visión, el de tu familia. Me da mucha rabia que no sé os trate como os merecéis desde la organización. Solo deseo que esto vaya cambiando poco a poco. Y que se os trate como trabajadoras fundamentales, esenciales, pero sobre todo PERSONAS.
Un besito y toda mi admiración por escribirlo y compartir tu año.
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Muchas gracias. Si, yo también espero que algún día nos traten como personas, pero bueno, de momento creo q sólo somos números para ellos.
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